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Higiene íntima sin tóxicos.
Nuestro cuerpo posee una flora que hay que respetar ya que de su equilibro depende la salud vaginal. Una limpieza escrupulosa y adecuada junto con hábitos saludables evitarán muchos problemas de higiene intima.
La vagina es un conducto fibromuscular elástico recubierto con una mucosa poblada de microorganismos beneficiosos. Estos microorganismos la protegen de ser colonizada por virus, bacterias y hongos patógenos, que pueden causar una infección, como pueden ser la cándida o el virus del papiloma humano. Por ello, lo más importante para la prevención de dichas infecciones es mantener la flora natural en perfecto equilibrio.
En nuestro cuerpo hay bacterias que viven en la piel y la protegen de patógenos externos. Algunas de estas bacterias, incluso, producen péptidos antimicrobianos que nos defienden de bacterias patógenas.
La línea Probio 6 contiene 6 caldos de fermentación producidos por diversas bacterias. Por un lado, refuerza la función barrera cutánea, y por otro, actúa sobre la propia estructura de la piel favoreciendo la síntesis de fibroblastos, colágeno y elastina. Estos son imprescindibles para tener una piel más firme, elástica y turgente.
Para no dañar las bacterias beneficiosas de nuestra piel, lo mejor es utilizar un jabón o loción con probióticos.
Sólo fórmulas con condiciones muy especiales son capaces de potenciar las defensas inmunológicas naturales.
Está especialmente indicado para pieles sensibles. Alivia la irritación. Al hidratar la piel, reduce la fricción entre los pliegues. No reseca la piel, por lo que puede usarse a diario.
Modo de empleo:
Aplicar al menos una vez al día. Humedecer con agua tibia la zona íntima, aplicar la espuma y frotar suavemente. Posteriormente, aclarar con agua tibia.
IMPORTANCIA DE LOS PROBIOTIOS EN NUSTRA PIEL
Nuestro organismo cuenta con defensas naturales que nos protegen frente a agresiones externas, como las que producen los microorganismos patógenos.
Las defensas de nuestro organismo son de dos tipos:
- externas, como las que se encuentran en la piel y en las mucosas (de la boca, de las vías respiratorias, intestinales, del aparato genitourinario)
- internas, como las células que circulan por la sangre produciendo sustancias que ayudan a luchar contra los gérmenes invasores.
Las células blancas de la sangre (leucocitos) son los neutrófilos y monocitos, que actúan como una segunda línea de defensa, después de las barreras que suponen la piel y las mucosas, y los linfocitos, que generan anticuerpos para la protección. Estas células actúan directamente y mediante la producción de sustancias.
Los lactobacilos forman parte de nuestras defensas
Formando parte de nuestras defensas externas tenemos gran cantidad de bacterias, cuyo número se calcula actualmente en 3,8 x 1013, casi la mitad de nosotros mismos, entre las cuales se encuentran los lactobacilos.
Los lactobacilos se sitúan en la piel y en las mucosas, actuando de múltiples formas para ayudar en la configuración del complejo sistema inmune. Mecanismos de acción de los lactobacilos en el sistema inmunitario:
- Adherencia a células epiteliales
- Producción de ácido láctico
- Producción de peróxido de hidrógeno
- Producción de bacteriocinas
- Producción de interleucinas
- Competición por los nutrientes
Los #lactobacilos actúan de múltiples formas para ayudar en la configuración del sistema inmune
Por una parte, son capaces de actuar frente a otros microorganismos patógenos solamente mediante la competición por sus nutrientes; mediante la adhesión a las células donde estos gérmenes tendrían que fijarse para poder iniciar su infección; o mediante la producción de bacteriocinas, o proteínas que inhiben su crecimiento.
Además, producen sustancias que impiden el desarrollo de los microorganismos oportunistas. Por ejemplo, la producción de ácido láctico por parte de los lactobacilos de la vagina provoca una disminución del pH que dificulta el crecimiento de varios tipos de patógenos y previene las vaginitis y vaginosis. Lo mismo ocurre con la producción de peróxido de hidrógeno por parte de algunos de ellos.
Así mismo, son piezas clave para la inducción de las defensas internas, pues estimulan la producción de interleucinas por parte de las células endoteliales y de los linfocitos. Estas sustancias son mediadores químicos para el inicio de la respuesta inmune.
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